En ultimas fechas, el Poder Judicial de la Federación, se encuentra en el centro del debate. Los temas van desde el salario que deben percibir los jueces hasta si realmente se encuentra en riesgo la independencia judicial frente al Poder Ejecutivo.
Que el debate se centre en el Poder Judicial de la Federación, debe ser por si mismo, algo que se debe aplaudir y promover, pues por años la sociedad jamás realizó un escrutinio o un ejercicio crítico sobre las actividades jurisdiccionales de jueces, magistrados y ministros, mucho menos sobre las actividades administrativas del Consejo de la Judicatura Federal.
He leído varios textos y comentarios sobre lo que está sucediendo alrededor del Poder Judicial de la Federación y la mayoría coincide en la existencia de "dudas legitimas" sobre si se encuentra en riesgo la independencia judicial frente al Poder Ejecutivo, y otros, que de plano aseguran que el Poder Judicial ya se encuentra sometido.
Al menos yo, lo veo de forma totalmente distinta. Trato de ponerme en el lugar de los que exponen esas dudas, para comprender si realmente debemos estar preocupados de que el Poder Judicial de la Federación, está en riesgo o bien si es el momento de estar nerviosos.
Al menos yo, lo veo de forma totalmente distinta. Trato de ponerme en el lugar de los que exponen esas dudas, para comprender si realmente debemos estar preocupados de que el Poder Judicial de la Federación, está en riesgo o bien si es el momento de estar nerviosos.
¿En que se basan esas dudas? Muchas personas señalan que no es correcto que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, escriba tuits con contenido "político". Otros, dicen que el acudir a programas de televisión con conductores simpatizantes del Presidente de la República, implica que el Presidente de la Corte, está coqueteando con el Poder Ejecutivo. Algunos más, sentencian que dar conferencias de prensa, revelan que al ministro le gustan los reflectores y que es algo que no debe hacer un juez.
Debemos preguntarnos si lo anterior, es suficiente para sospechar de un riesgo a la independencia del Poder Judicial de la Federación. En mi opinión, no, ya que las críticas (que son válidas) son realizadas hacia el servidor público y no tanto a la Institución.
¿A qué me refiero? Ciertamente, la mayoría de las críticas son respecto al estilo que realiza tanto en redes sociales como ante medios el presidente de la Corte, es decir, para algunos, ven de mala manera que el representante de la Corte y del Consejo, escriba su visión (política) de lo que debe hacer la Suprema Corte, o que acuda a medios de comunicación para que lo entrevisten.
¿Eso pone en riesgo la independencia de la Corte? Por supuesto que no, porque en todo caso, solo muestra la visión y postura de una persona.
Entonces, ¿Lo que diga y escriba representa el sentir de la Corte o del Consejo? Tampoco, porque en lo que respecta a la actividad jurisdiccional, hay diez integrantes más que con sus proyectos y votos (que son públicos) establecen cual es el criterio a prevalecer, mientras que en el Consejo hay otros integrantes que marcan las reglas para la administración y funcionamiento del Poder Judicial de la Federación. Es por ello, que sostenga que se trata de una crítica hacia el servidor público y no tanto a la Institución.
Ahora bien, el hecho de que el actual presidente de la Corte y del Consejo, tenga presencia en redes sociales y en medios de comunicación ¿Es malo? En mi opinión, no.
La historia nos ha mostrado que tratándose del Poder Judicial de la Federación, sus integrantes son esencialmente reservados y difícilmente sabemos cosas de ellos. Sus posicionamientos se ven solo en discursos previamente elaborados expuestos en eventos oficiales y hasta ahí.
Ello ha generado que la mayoría de la sociedad perciba una desconfianza hacia los jueces federales, tachándolos de opacos y distantes, pues prácticamente su quehacer jurisdiccional se reserva para foros o gremios jurídicos.
De ahí que, sea entendible hasta cierto punto las "dudas legitimas" que afirman algunos hay, y es que de repente ven a un juez federal tan activo y con presencia en medios cuando hemos estado acostumbrados a lo hermético y reservado que son.
Obviamente, este activismo y estilo del presidente de la Corte, puede no gustarle a unos, lo cual insisto, es totalmente válido y criticable, pero no debe ser un factor determinante para señalar que el Poder Judicial de la Federación, en especifico la Corte y el Consejo, se encuentra en riesgo.
¿A qué me refiero? Ciertamente, la mayoría de las críticas son respecto al estilo que realiza tanto en redes sociales como ante medios el presidente de la Corte, es decir, para algunos, ven de mala manera que el representante de la Corte y del Consejo, escriba su visión (política) de lo que debe hacer la Suprema Corte, o que acuda a medios de comunicación para que lo entrevisten.
¿Eso pone en riesgo la independencia de la Corte? Por supuesto que no, porque en todo caso, solo muestra la visión y postura de una persona.
Entonces, ¿Lo que diga y escriba representa el sentir de la Corte o del Consejo? Tampoco, porque en lo que respecta a la actividad jurisdiccional, hay diez integrantes más que con sus proyectos y votos (que son públicos) establecen cual es el criterio a prevalecer, mientras que en el Consejo hay otros integrantes que marcan las reglas para la administración y funcionamiento del Poder Judicial de la Federación. Es por ello, que sostenga que se trata de una crítica hacia el servidor público y no tanto a la Institución.
Ahora bien, el hecho de que el actual presidente de la Corte y del Consejo, tenga presencia en redes sociales y en medios de comunicación ¿Es malo? En mi opinión, no.
La historia nos ha mostrado que tratándose del Poder Judicial de la Federación, sus integrantes son esencialmente reservados y difícilmente sabemos cosas de ellos. Sus posicionamientos se ven solo en discursos previamente elaborados expuestos en eventos oficiales y hasta ahí.
Ello ha generado que la mayoría de la sociedad perciba una desconfianza hacia los jueces federales, tachándolos de opacos y distantes, pues prácticamente su quehacer jurisdiccional se reserva para foros o gremios jurídicos.
De ahí que, sea entendible hasta cierto punto las "dudas legitimas" que afirman algunos hay, y es que de repente ven a un juez federal tan activo y con presencia en medios cuando hemos estado acostumbrados a lo hermético y reservado que son.
Obviamente, este activismo y estilo del presidente de la Corte, puede no gustarle a unos, lo cual insisto, es totalmente válido y criticable, pero no debe ser un factor determinante para señalar que el Poder Judicial de la Federación, en especifico la Corte y el Consejo, se encuentra en riesgo.
Debemos tener en cuenta que, la mayor parte de la sociedad identifican o asocian al Poder Judicial Federación, solamente con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dejando excluidos a los Juzgados de Distrito, Tribunales Unitarios de Circuito y Tribunales Colegiados de Circuito, que también forman parte del Poder Judicial de la Federación, por lo que la independencia judicial no recae en un solo servidor público.
En estos órganos jurisdiccionales, recae la responsabilidad de revisar los actos de autoridad y determinar si estos se encuentran ajustados a lo que marca la Constitución.
Los que diariamente acudimos ante estos tribunales federales, ya sea como parte en el juicio de amparo o como defensores de uno de ellos, podemos dar constancia de que la mayoría de los juicios se pone limite a los otros poderes, ya sea a través de las medidas cautelares como lo es la suspensión o con la concesión del amparo. Estos limites no son solo a autoridades locales sino también federales.
Todos los días, se publican resoluciones que establecen limites en el actuar de las autoridades, sin embargo, al no ser casos mediáticos, resulta más difícil que las personas adviertan que la independencia judicial prevalece.
La independencia judicial, no se pierde porque el presidente de la Corte y del Consejo, tuitié lo que él considera como la verdadera función de la Corte, pues al final goza de libertad de expresión como cualquier persona, con la única limitante de que debe comportarse siempre de forma que preserve la dignidad de las funciones jurisdiccionales y la imparcialidad e independencia de la judicatura.
Todos los días, se publican resoluciones que establecen limites en el actuar de las autoridades, sin embargo, al no ser casos mediáticos, resulta más difícil que las personas adviertan que la independencia judicial prevalece.
La independencia judicial, no se pierde porque el presidente de la Corte y del Consejo, tuitié lo que él considera como la verdadera función de la Corte, pues al final goza de libertad de expresión como cualquier persona, con la única limitante de que debe comportarse siempre de forma que preserve la dignidad de las funciones jurisdiccionales y la imparcialidad e independencia de la judicatura.
Lo anterior, no implica que este en lo correcto, pues muchos podemos no coincidir con él, pero insisto, ello no significa que sus textos ponga en riesgo la independencia judicial de dicho Poder.
Tampoco la independencia se ve en riesgo si acude a programas de televisión, por el contrario debería ser una práctica más frecuente que debería de tener no solo quien sea representante del Poder Judicial de la Federación, sino también de sus demás integrantes, pues no hay que olvidar que la especial configuración de la actividad judicial si bien limita en algunos aspectos la transparencia, ello no significa que se restrinja la necesidad de abrir el poder y tener informados a los ciudadanos sobre cómo se ejerce ese poder.
Que los conductores o entrevistadores o el programa en sí, puede ser muy cuestionable, eso ya es otro tipo de debates, ajeno a poner en riesgo al Poder Judicial.
Por otra parte, que el presidente de la Corte de conferencias de prensa, debería haberse exigido desde antes, así sea solo para informar avances sobre medidas tomadas en tema de combate al nepotismo. A mi parecer, no hay mejor forma de exigir un sano ejercicio de acceso a la información y rendición de cuentas, que el representante de la cara. Por ello, me parece muy simplista decir que esto se hace por la manía de tener reflectores. Tal parece que quieren que se mantengan los cómodos comunicados oficiales, donde son todo menos informativos.
Entonces, ¿Qué se le debe exigir a un presidente de la Corte y del Consejo?
Uno de los problemas que tiene el Poder Judicial de la Federación, es la comunicación. El ministro comunica lo que no es tan relevante y en otros casos guarda silencio. Si uno de sus objetivos en su plan de trabajo es generar confianza, debería considerar mejorar sin duda, la comunicación social.
Por ejemplo, algo que crítico mucho es que no dijo nada ante los ataques infundados del Presidente de la República y de algunos integrantes del Poder Legislativo.
Un día si y al otro también, se la pasaban señalado que los jueces esto, que los jueces aquellos, con la intención de generar una percepción negativa ante la sociedad, e incluso hubo un diputado que hasta proponía correr a los ministros.
Y que dijo el ministro Zaldivar, en una entrevista para Excelsior y El Universal, que no entraría al terreno de la batalla mediática.
¿Quién quiere que el ministro se peleé? Nadie, sin embargo, como representante del Poder Judicial, si puede pedir a través de los canales oficiales, respeto a la labor de los jueces federales y exigir pruebas. El entonces ministro Silva Meza, lo hizo con Calderón, y fue una acción bien vista en ese entonces por la sociedad y estoy seguro que subió la moral de los integrantes del Poder Judicial. Recordemos que en esa época, tenían una fuerte campaña de desprestigio donde los acusaban de liberar delincuentes.
Otra situación, la total opacidad sobre los avances de las investigaciones sobre el asesinato del juez Bermúdez. No se trata de cualquier homicidio y ello debería de llevar al ministro a considerar que la sociedad está totalmente interesada en que se conozca como va ese asunto, en acatamiento al principio de máxima publicidad.
De forma similar, nunca informó nada sobre el acoso y violencia que sufrió la magistrada Janine Otálora, por alguno de sus pares en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al grado que tuvo que renunciar a la presidencia. Hasta la fecha, ese magistrado está en total impunidad, ni siquiera una amonestación.
Un caso que también nunca transparentó, fue la destitución del juez González Hemadi, quien concedió un amparo por el caso #Dafne. Recordemos que se manejó la versión de que fue sancionado porque dictó una sentencia en donde no se tomaron constancias del expediente y se realizó una interpretación incorrecta, pese a que esta fue revocada por un Colegiado.
Finalmente, ha dicho que se combate el nepotismo dentro del Poder Judicial de la Federación, pero hasta ahora no sabemos nada sobre la denuncia que se dio en medios, respecto a que en la Corte, trabajan los parientes de los ministros Pardo y Aguilar Morales.
Si bien es cierto que el presidente de la Corte y del Consejo, debe cultivar la discreción y prudencia como virtudes especialmente acordes con la misión que le ha encomendado sus pares, también lo es que debe propiciar la transparencia de sus propias actuaciones y del poder judicial, en particular en aquellas en que se pueda ver mermada la confianza no en su persona si no en la Institución.
En conclusión, puede gustar o no el estilo del presidente de la Corte y del Consejo, así como se puede coincidir o no, con lo que escribe y la información que proporciona, sin embargo, ello de ninguna manera puede sostener que pone en riesgo la independencia ni de la Corte ni del Consejo, pues existe otros factores como lo es la propia oposición interna que enfrenta el ministro por parte de grupos de poder dentro del propio Poder Judicial de la Federación.
Es innegable que el ministro Zaldivar, comenzó una transformación, veremos hasta donde llega.
Cierro este post, con la siguiente cita:
Tampoco la independencia se ve en riesgo si acude a programas de televisión, por el contrario debería ser una práctica más frecuente que debería de tener no solo quien sea representante del Poder Judicial de la Federación, sino también de sus demás integrantes, pues no hay que olvidar que la especial configuración de la actividad judicial si bien limita en algunos aspectos la transparencia, ello no significa que se restrinja la necesidad de abrir el poder y tener informados a los ciudadanos sobre cómo se ejerce ese poder.
Que los conductores o entrevistadores o el programa en sí, puede ser muy cuestionable, eso ya es otro tipo de debates, ajeno a poner en riesgo al Poder Judicial.
Por otra parte, que el presidente de la Corte de conferencias de prensa, debería haberse exigido desde antes, así sea solo para informar avances sobre medidas tomadas en tema de combate al nepotismo. A mi parecer, no hay mejor forma de exigir un sano ejercicio de acceso a la información y rendición de cuentas, que el representante de la cara. Por ello, me parece muy simplista decir que esto se hace por la manía de tener reflectores. Tal parece que quieren que se mantengan los cómodos comunicados oficiales, donde son todo menos informativos.
Entonces, ¿Qué se le debe exigir a un presidente de la Corte y del Consejo?
Uno de los problemas que tiene el Poder Judicial de la Federación, es la comunicación. El ministro comunica lo que no es tan relevante y en otros casos guarda silencio. Si uno de sus objetivos en su plan de trabajo es generar confianza, debería considerar mejorar sin duda, la comunicación social.
Por ejemplo, algo que crítico mucho es que no dijo nada ante los ataques infundados del Presidente de la República y de algunos integrantes del Poder Legislativo.
Un día si y al otro también, se la pasaban señalado que los jueces esto, que los jueces aquellos, con la intención de generar una percepción negativa ante la sociedad, e incluso hubo un diputado que hasta proponía correr a los ministros.
Y que dijo el ministro Zaldivar, en una entrevista para Excelsior y El Universal, que no entraría al terreno de la batalla mediática.
¿Quién quiere que el ministro se peleé? Nadie, sin embargo, como representante del Poder Judicial, si puede pedir a través de los canales oficiales, respeto a la labor de los jueces federales y exigir pruebas. El entonces ministro Silva Meza, lo hizo con Calderón, y fue una acción bien vista en ese entonces por la sociedad y estoy seguro que subió la moral de los integrantes del Poder Judicial. Recordemos que en esa época, tenían una fuerte campaña de desprestigio donde los acusaban de liberar delincuentes.
Otra situación, la total opacidad sobre los avances de las investigaciones sobre el asesinato del juez Bermúdez. No se trata de cualquier homicidio y ello debería de llevar al ministro a considerar que la sociedad está totalmente interesada en que se conozca como va ese asunto, en acatamiento al principio de máxima publicidad.
De forma similar, nunca informó nada sobre el acoso y violencia que sufrió la magistrada Janine Otálora, por alguno de sus pares en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al grado que tuvo que renunciar a la presidencia. Hasta la fecha, ese magistrado está en total impunidad, ni siquiera una amonestación.
Un caso que también nunca transparentó, fue la destitución del juez González Hemadi, quien concedió un amparo por el caso #Dafne. Recordemos que se manejó la versión de que fue sancionado porque dictó una sentencia en donde no se tomaron constancias del expediente y se realizó una interpretación incorrecta, pese a que esta fue revocada por un Colegiado.
Finalmente, ha dicho que se combate el nepotismo dentro del Poder Judicial de la Federación, pero hasta ahora no sabemos nada sobre la denuncia que se dio en medios, respecto a que en la Corte, trabajan los parientes de los ministros Pardo y Aguilar Morales.
Si bien es cierto que el presidente de la Corte y del Consejo, debe cultivar la discreción y prudencia como virtudes especialmente acordes con la misión que le ha encomendado sus pares, también lo es que debe propiciar la transparencia de sus propias actuaciones y del poder judicial, en particular en aquellas en que se pueda ver mermada la confianza no en su persona si no en la Institución.
En conclusión, puede gustar o no el estilo del presidente de la Corte y del Consejo, así como se puede coincidir o no, con lo que escribe y la información que proporciona, sin embargo, ello de ninguna manera puede sostener que pone en riesgo la independencia ni de la Corte ni del Consejo, pues existe otros factores como lo es la propia oposición interna que enfrenta el ministro por parte de grupos de poder dentro del propio Poder Judicial de la Federación.
Es innegable que el ministro Zaldivar, comenzó una transformación, veremos hasta donde llega.
Cierro este post, con la siguiente cita:
"El juez habla por sus sentencias pero no puede obviar que vive en una sociedad cada vez más abierta y transparente, donde los medios de comunicación y las redes sociales están omnipresentes y donde los ciudadanos son más exigente con sus representantes y servidores públicos.
Esto no significa que haya de sacrificarse la discreción como virtud que tradicionalmente ha adornado a los jueces en aras de la máxima transparencia posible que se reclama de los poderes públicos. En realidad, no se trata de valores contradictorios, la discreción y la transparencia, aunque conviene buscar el justo equilibrio entre un juez discreto y una justicia abierta y transparente". David Ordoñez Solis.Agradezco la lectura y me encuentras en Twitter como @abogadotellez.
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