domingo, 21 de junio de 2020

¡Gracias papá!

Cada padre tiene una historia, y como la de muchos, en este día del padre yo quiero contar la del mío.
Mi papá, no tuvo oportunidad de estudiar. Desde muy pequeño, lo pusieron a vender comida y lo mandaron a que aprendiera el oficio de zapatero. Le pregunté en una ocasión si tuvo una infancia feliz, y él sin chispar, me dijo que sí.
No entendía en ese entonces como un niño provinciano que en realidad no tuvo oportunidad su infancia y con muchas carencias en todos los sentidos, fue feliz, pero él confirmaba que lo era.
Ya con la mayoría de edad, dejó su natal San Francisco del Rincón, Guanajuato, para ir a la CDMX. Buscaba tener mejores oportunidades.
Cómo la mayoría de las personas recién llegada a la Ciudad, no podía aspirar a un buen empleo, pues para aquel entonces necesitabas mínimo la primaria para obtener un empleo de obrero. Es por ello, que a la par de sus trabajos que tenía, entró a la escuela nocturna para obtener su certificado de primaria.
Algo que admiro de mi papá, es que pese a las muchas adversidades que se le presentaron en la vida, nunca se rindió, pues siempre quiere vivir de una manera diferente a la que le dieron.
Ya con un empleo más estable, les escribió a su familia que se vinieran a la Ciudad, pues aquí podrían tener una mejor calidad de vida. Al ser el mayor de los hijos, nunca se quejó ni reprochó a sus padres de que no le hubieran dado las oportunidades de estudio, por el contrario, aceptaba el hecho de que tenía que llevar dinero a casa para hacerse cargo de la familia.
Después, conoció a mi madre, y ya con una familia, no se conformó con su empleó, también decidió adquirir un taxi para tener otra fuente de ingresos, más por necesidad que por gusto.
Por las mañanas iba a trabajar a la fabrica y saliendo se iba a pegarle al taxi, como él dice. Y esa forma de trabajo fue prácticamente la que le conocí.
Nunca pude jugar con mi papá, ni pasaba los domingos con él, pues se dedicaba a trabajar.
Al día de hoy, lo entiendo perfectamente. Mi papá es sin duda, una persona exitosa, y estoy muy orgulloso de él.
No veo mejor ejemplo de éxito que él, pues tiene una familia unida. Dentro de sus posibilidades, le dio a todos sus hijos sus estudios. Hoy es una persona adulta mayor, que a base de esfuerzo, trabajo y disciplina, cosechó autosuficiencia ya que no necesita la ayuda de nadie.
Hoy tranquilamente puede hacer actividades que por mucho tiempo se privó. Tengo mucho que aprenderle aun.
Por ello, gracias papá.
Por ti aprendí aquello de "aprovechar la oportunidad". Tu me diste la oportunidad de estudiar sin tener que trabajar y de mi dependía aprovecharla.
Por ti aprendí la importancia de "dar la palabra", pues independientemente de que tuvieras un documento firmado, tú siempre decías que tenías que hacerlo, darlo, etc, pues ya habías dado tu palabra. La palabra es lo más importante me dijiste.
Por ti aprendí lo que es disciplina y responsabilidad, ya que antes de la diversión primero son las obligaciones.
Por ti aprendí lo que es el esfuerzo y el trabajo. Bien me dijiste, nadie te regala nada, quieres algo, solo lo obtendrás trabajando y esforzándote para conseguirlo.
Por ti aprendí lo importante de tener un socio de vida. Eres exitoso porque tuviste a una persona a tu lado que te supo aconsejar y apoyar. Y que siempre reconociste que no serías nada si no hubiera estado ella a tu lado.
Gracias papá, ya que todo esto no se quedó en palabras, pues tu vida es el claro ejemplo de que hacerlo te puede llevar al éxito.
Agradezco la lectura y feliz día del padre.

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